El pasado jueves, 11 de julio,
tuvo lugar en el Ayuntamiento de Baeza la quinta sesión de las jornadas Los
Jueves de Juan de Ávila. En esta ocasión la ponente invitada fue la Dra. Isabel
Velázquez Soriano, Catedrática de Filología Latina de la Universidad
Complutense de Madrid y experta en temas relacionados con la historia de la
ingeniería. Impartió una conferencia titulada “Los ingenios de Juan de Ávila”.
La presentación de la ponente corrió a cargo del Dr. Juan Gómez, Director de la
Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Jaén.
En su ponencia la Dra. Velázquez
habló de los ingenios hidráulicos atribuidos a Juan de Ávila. Se trata de una
faceta de la vida del Apóstol de Andalucía muy poco conocida y que apenas ha
despertado el interés de los estudiosos, que se han ocupado principalmente del
magisterio espiritual de Juan de Ávila y desde un punto de vista excesivamente
hagiográfico, lo que, a la postre, ha ocultado otras facetas muy interesantes
de este personaje. Además, la escasa documentación relativa a los ingenios
atribuidos a Juan de Ávila ha provocado que cualquier acercamiento a este tema
se mueva en el terreno resbaladizo de la especulación.
Pese a ello, la ponente ofreció
un riguroso y ameno repaso al estado de la cuestión de los ingenios atribuidos
a Ávila. Ilustró sus reflexiones a partir de los documentos conservados y un
gran número de imágenes, fotos y dibujos de ingenios hidráulicos de la época.
Prestó especial atención al Pleito del Archivo de Protocolos notariales de
Córdoba en el que se recoge el que sostuvo Ávila por haberle sido usurpada la
invención de unos ingenios para subir agua, así como el Pleito del año de 1550
(Archivo de Simancas) en el que se cita a un tal Antonio Ruiz Canalejas
usurpador de la autoría de dos ingenios de Juan de Ávila, llamados “Balanza de
cajas” y “Suplevientos”. Asimismo, la ponente se ocupó de las Grúas de El
Carpio (Córdoba), que fueron construidas por Claudio Azaro (1561-1568) a
partir, seguramente, de un diseño de Juan de Ávila, maestro del mencionado
Azaro, que pasó sus últimos años como eremita en El Tardón. También se prestó
atención al “Artificio de Juanelo” para subir agua del Tajo, dado que este tipo
de ingenio se asemejaría a una de las máquinas hidráulicas atribuidas a Juan de
Ávila, denominada “Prudentes mañas”. El nombre de este curioso ingenio fue
objeto de una interesante disquisición etimológica por parte de la ponente, que
hizo gala de sus profundos conocimientos en la lengua latina para explicar el
significado del mismo.
La Dra. Velázquez hizo especial hincapié en la
importancia que tuvo la tecnología en el llamado Siglo de Oro español, una
época áurea no sólo en las letras y las artes, sino también en la ciencia, como
ponen de manifiesto las importantes construcciones de ingeniería que se
realizaron en España en esa época. Y es ese contexto de efervescencia
tecnológica en la España del Quinientos el que puede arrojar una mayor luz
sobre la faceta de Juan de Ávila como ingeniero, sin duda, importante si
atendemos a la duración del permiso de explotación, cuarenta años, y la
cantidad de 6.000 ducados que suponía el pago por su explotación. En este
sentido, la ponente destacó la importancia que en la formación científica de
Ávila pudieron tener los maestros con los que estudió en la universidad de
Alcalá, como fueron el físico y matemático Domingo de Soto, considerado el
precursor de Leibniz, y Pedro Ciruelo. Con tales maestros no puede descartarse
que Ávila, que detestaba el estudio de las leyes, hubiese tenido una sólida
formación científica, si bien, como sostuvo la Dra. Velázquez, el propio Ávila
procuró ocultarla bajo el anonimato conforme a la humildad que le
caracterizaba. Por ello, es necesario que los estudiosos del Apóstol de Andalucía
lean entre líneas sus propias obras y las biografías que se nos han transmitido
con objeto de entresacar aquellos detalles alusivos al interés del Maestro por
las ciencias, un interés que, por lo demás, pone de manifiesto el carácter
generoso y utilitario que para Ávila, como hombre preocupado por el bienestar
de sus semejantes y la mejora de sus medios de trabajo, tuvieron los ingenios
por él diseñados. He aquí, pues, otro de los grandes legados del gran Juan de
Ávila.
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