Debido a la
situación geográfica en el plano de la ciudad, la Parroquia de San Andrés no se
encuentra contemplada en la “ruta avilista básica”. No por eso
ocupa un lugar secundario. Todo lo contrario: la Parroquia de San Andrés,
diría, es el alfa y la omega avilista. En Ella predicó San Juan de Ávila –
recogiendo los frutos espirituales de su incipiente misión en la ciudad - y en Ella fue Prior, compaginándolo con el
Rectorado de la Universidad, quien mantuvo por encima de todo el espíritu del
Maestro Ávila.
Es el Maestro
Bartolomé Ximenez Patón, secretario del santo oficio, quién en el año 1628
publicó en Jaén la historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén. En el capítulo 40 dedicado
a la ciudad y arciprestazgo de Baeza, nos dice de la Parroquia de San Andrés
que tiene 1577 casas y un Priorato que siempre se da a grandes letrados y a
personas de notable virtud.
Esta
referencia me da pié para ir colocando en el tablero las fichas que dispongo.
Efectivamente:
Cuando el Obispo de Jaén D. Baltasar Moscoso y Sándoval el día 8 de agosto de
1624 abrió el proceso de beatificación del maestro Juan de Ávila, pidiendo que
los edictos se fijen en las Iglesias de Baeza, para que toda persona pueda
aportar datos de él, se les acepten las declaraciones bajo juramento.
El Lcdo. Juan
de Almansa, cura de la Iglesia Parroquial de San Andrés, fijó el edicto el día
24 de agosto de 1824, siendo testigos el Prior, clérigos y el antes citado
Lcdo. Juan Almansa, retirándolo el día 1 de febrero de 1625.
Entre los
feligreses que acudieron a testificar el día 15 de octubre de 1625 figura el
MAESTRO FRANCISCO CUADROS ALFEREZ de 50
años, presbítero y Prior de San Andrés. No conoció al Maestro Ávila pero si oyó
decir al Dr. Ojeda, que fue maestro suyo en Teología Positiva, que tenía muy grande gana y
codicia de haber y alcanzar estas
Advertencias para el Concilio o Concilios Provinciales porque se las habían
alabado, que eran de muy grande importancia.(21) y que el Maestro Ávila escribió un tratado
que se titula AUDÍ FILIA, que a muchos años leyó, el cual está lleno de una
Celestial Doctrina y raro espíritu, de
mucho provecho y consideración para cualquier alma que quisiere aprovechar en
el servicio de Dios.
Igualmente el
24 de agosto de 1624 el Lcdo. Juan Duscos, presbítero, secretario del santo
oficio, beneficiado de la Parroquia de San Pablo de Baeza, fijó dicho edicto en
la puerta principal del templo. El día 30 de octubre de 1624 el Maestro PEDRO
de LOMAS, clérigo, presbítero y feligrés de San Pablo vino a declarar lo que
sabía.
En particular
sabe que “estando enfermo, ya cercano a la muerte, el Venerable Doctor Pedro de
Hojeda, sucesor en el Patronato de estas Escuelas y catedrático de Sagrada
Escritura y más legítimo sucesor en el celo de aprovechar las almas, en el
padecer trabajos e injurias, llevándolas siempre con paciencia sin responder
por sí nada y en el Don de la predicación, estando el dicho Dr. Hojeda con gran
desconsuelo no hallaba otro remedio sino mandarle (a Pedro de Lomas) que le
leyese las Epístolas del dicho Venerable Padre Maestro Ávila y en particular
las que escribió a particulares personas tentadas, afligidas y enfermas con
grandes enfermedades, y el dicho Dr. Hojeda decía, digámosle a nuestro Venerable Padre que nos consuele y
nos hable.”(20)
Y “ que no
fue menos digno del Patronato de estas Escuelas el Dr. Hojeda, varón muy celoso
de la honra y gloria de nuestro Señor, que él solo fue el que sustentó por
muchos años a las escuelas y en esta Ciudad el espíritu del dicho Venerable
Padre Maestro Ávila, padeciendo muchos trabajos y falsos testimonios porque se
guardasen en ellas el espíritu antiguo y sus Reglas y Estatutos, haciendo
siempre guerra a la gente que era parte del vicio y favoreciendo a personas
virtuosas, predicaba casi todos los días con tan grande espíritu que
atemorizaba a los oyentes, tuvo gran cuidado que en las dos iglesias
parroquiales que tuvo a cargo se venerase el Culto Divino y en otro convento de
Monjas de la Magdalena de que fue siempre Vicario, murió con opinión de grande
santidad, con común aclamación de toda
la ciudad y lugares comarcanos, y esto lo sabe este testigo por haberlo visto y
haberse hallado presente.(26)
Y, que vió
que yendo el padre Gonzalo Ramirez, de
la Compañía de Jesús al colegio de Montilla, dijo que era por visitar el
Cuerpo del Padre Maestro Ávila y traer alguna reliquia suya, y trajo cuando
volvió a este Colegio de esta Ciudad de Baeza un poco de hueso de un dedo,
porque en aquella ocasión se trasladaron sus Huesos, y compartió esta reliquia
con el Dr. Hojeda diciendo, un gran tesoro tengo que dar a vuestra merced y el
dicho Dr. La recibió hincándose de rodillas y besándolas y ambos a dos las
trajeron mientras que vivieron en unos relicarios que traían al cuello con
otras reliquias de santos que traían con ellos.
También en
Granada, a instancias de su arzobispo Galcerán Albanell se fijó el edicto el
día 4 de septiembre de 1624 abriendo el proceso de beatificación.
Entre otros,
el 31 de enero de 1625 se presentó a declarar el Maestro BERNABÉ RUIZ , vecino de Albolote, de 84 años, que comenzó
diciendo que “ conocía muy bien al Venerable Padre Maestro Juan de Ávila. Que
cuando comenzó a conocerlo fue siendo estudiante en la universidad de Baeza,
entró dos días el Maestro Ávila a leer las Artes, que era lo que este testigo
estudiaba en aquel tiempo, por ausencia del dicho Dr. Diego Pérez que era su
Maestro.
Así mismo
este testigo le oyó algunos sermones en la Iglesia de San Andrés de la dicha Ciudad
de Baeza y cuando el dicho Venerable Padre maestro Juan de Ávila predicaba le
seguía todo el pueblo, por su mucha virtud y buena y santa Doctrina, de la cual
se seguía mucho provecho a todo el pueblo, y eran tales los dichos sermones que
muchos estudiantes de la dicha Universidad muy entendidos acudían a oir los sermones y se ponían detrás del
púlpito donde predicaba, y allí escribían algunas de las cosas que el suso
dicho predicaba y esto es lo que vi hacer muchas veces a los dichos
estudiantes.(23)
Este testigo
sabe que el dicho Venerable Padre Maestro Juan de Ávila fue causa para que se
fundase el colegio de la Universidad de la dicha Ciudad, porque fue la dicha
fundación en el tiempo que este testigo comenzaba a estudiar, sabiendo este
testigo que de dicho colegio han salido grandes Doctores y mucha gente muy
Docta y santa y que siempre procuraron en el dicho Colegio, imitar la vida y
santidad del dicho Venerable Padre Maestro Juan de Ávila, a quién se debe
aquella obra tan insigne y el mucho fruto y bien que de ella ha salido.(27)
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