lunes, 18 de noviembre de 2013

PARROQUIA del SEÑOR SAN PEDRO, SAN JUAN DE ÁVILA Y LA UNIVERSIDAD

El Maestro Bartolomé Ximenez Patón, secretario del santo oficio, el año 1628  publicó en Jaén  la historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén, en el capítulo 40 dedicado a la Ciudad y Arciprestazgo de Baeza, nos dice de la Parroquia del Señor San Pedro  que tiene 88 casas, un priorato y un beneficio. Esta Iglesia es obra antigua porque era Mezquita de Moros y la han mejorado poco, pienso que por no tener suficiente fábrica. Argote de Molina  escribe:  Cuando los moros de Córdoba dieron muerte al rey de Baeza, ya estaba el Alcázar en poder de los cristianos. El Santo Rey don Fernando había puesto por Capitán y Alcalde a don Gonzalo Ibañez Navoa, Maestre de Calatrava.




Sabiendo pues los Moros de Baeza la muerte de su Rey, llevaron pesadamente que el Alcázar estuviera en manos cristiana y queriendo rescatarla juntaron a todos los Moros de la comarca  y trataron de acometer con toda su potencia.

El maestre consultó el caso  con los principales que estaban en su compañía y todos fueron del parecer, contra el suyo, de dejarlo y desampararlo. No pudiéndoles resistir, ordenó la salida con trampa, que fue herrando los caballos al revés, para que los moros entendiesen haberles venido socorro.

Yendo a salir por la puerta del Alcázar, vieron una luz blanca sobre ella  entre las torres y a todos les pareció señal favorable del Cielo y ya les pesaba haberse salido. Comunicando el caso llegaron hasta un cerro, que hoy llaman por esto la Asomada  y allí fueron del parecer de volverse, y continuando el ardid, desherraron los caballos y los tornaron a herrar a lo derecho y hecho piña entró la tropa en el Alcázar.


Los moros que imaginaban que sobre los que había de asiento, habían venido aquella noche más, por las huellas de los caballos que habían visto y entendiendo que era nuevo socorro el que ahora había venido, tuvieron tanto temor, que desampararon la Ciudad y huyeron a Úbeda

Los Cristianos al enterarse de lo cierto, recelándose alguna emboscada o estratagema, echaron un espía por la Ciudad y no halló en toda ella persona hasta que entró en esta Mezquita ( que es la Iglesia de San Pedro de que tratamos) y en ella halló un moro ciego, el cual le certificó , que por el socorro que entendían los Moros había venido, desampararon la Ciudad y se habían retirado a Úbeda que estaba cercada y fortificada por ellos.


Don Gonzalo, entendiendo que desengañados habían de volver sobre ellos con mayor furia y enojo, hizo recoger todo el bastimento que habían dejado( que fue mucho) y con él se entretuvo días hasta que vino el socorro que envió el Santo Rey con Lope Diaz de Haro, y la tomaron del todo, el cual entró por la puerta que llaman del Conde el día de San Andrés y la ganaron y hasta hoy no ha vuelto a ser de Moros, y luego  erigieron en Iglesia Católica esta Mezquita con vocación de San Pedro, y por ser la más antigua de esta Ciudad es de admirar que sea tan pobre de parroquianos.


En la Ciudad de Granada el día 13 de diciembre de 1624 el LICENCIADO JUAN PRETELL abogado en esta Corte y vecino de la Parroquia de San Gil, que entonces tenía 76 años participó en el proceso de beatificación incoado en Granada, exponiendo:

Que aun que no conoció al Maestro Ávila, fue a la Ciudad de Baeza , de la villa de Linares de donde es natural, de 13 o 14 años de edad  a estudiar Gramática  y allí halló al doctor  Bernardino de Carleval  y al doctor Diego Pérez de Valdivia a quienes el Maestro Ávila había dejado al frente de dicho Colegio, los cuales tenían tanto cuidado de que los Maestros y estudiantes viviesen con mucha virtud y recogimiento, que los forasteros como yo era y otros, para que viviésemos de esta forma, nos ponían en casas particulares clérigos y otras personas religiosas que las tenían a nuestro cargo mostrándonos cosas de virtud.


Y nos hacían que al principio de cada mes, todos  juntos fuéramos a la Iglesia del Señor San Pedro a confesar y comulgar, y seríamos cerca de cuatrocientos estudiantes.

Que la memoria del Maestro Juan de Ávila estaba presente en aquel tiempo, en aquella ciudad y universidad como si estuviera en ella.

También sabe este testigo, que entonces tenía 26 o 27 años  que siendo discípulo  del DOCTOR DIEGO PÉREZ DE VALDIVIA o del DOCTOR DIEGO DE ÁVILA, natural de Baeza, que era tan ejemplar que era vivo ejemplo de la universidad, sucedió que habiendo presidido un día en la dicha Universidad un acto de unas reposiciones Magnas y habiéndole llevado los bedeles a su casa como es costumbre y volviendo por él a las tres de la tarde para continuar el acto , viendo que no salía de su aposento, entraron en él y le hallaron hincado de rodillas, puestas las manos y muerto, lo cual atribuyeron a cosa maravillosa hallarle de esta suerte siendo tan virtuoso como era.


Tanto es así, que este testigo se acuerda, por ser discípulo suyo, haberle ayudado muchas veces a decir Misa y le vio que tomando el amito eran sus ojos unas fuentes de lágrimas.

También el MAESTRO JUAN DE CISNEROS Prior de la Iglesia de San Pedro de esta Ciudad, el día 10 de septiembre de 1624, testificó diciendo que las cosas que sabía se las oyó decir al Doctor JUAN DE CÓRDOBA  canónigo de la Colegial que nació hacia el año 1522.


Que le preguntó el Padre Fray Luis de Granada, predicador que era del  Marqués de Priego, al Maestro  Ávila que cómo tendría que predicar, a lo que le respondió: Que tuviese en todos sus sermones un grandísimo deseo de la conversión de las almas. Y replicándole que no lo entendía le dijo: Haga lo que hacen los señores con los Azores, que le quitan la comida un día antes para que con mayor afición vayan a la caza. Y desde entonces el Padre Fray Luis de Granada le tuvo tanta afición al dicho siervo de Dios que se iba tras él a los sermones, sentándose en la gradica del púlpito, todo lo cual sabe este testigo porque se lo oyó decir al canónigo antes citado, muy conocido del Maestro Ávila al que trató más de cuarenta años.(9)


Que es muy notorio el gran fruto que el siervo de Dios hizo, y en particular en esta Ciudad de Baeza, donde predicó mucho tiempo.

Que trató con el Hermano Juan de Dios, el cual habiéndose hecho loco y estando en la cárcel de los Locos en Granada y habiéndole castigado, fue a visitarle el dicho siervo de Dios, conociendo que no estaba loco sino que aquello lo hacía para que lo menospreciasen, y le preguntó que cómo le iba, y dijo que muy bien nos han castigado y muy bien me va. Y de esta visita se entendió en la dicha Ciudad de Granada que el dicho Juan de Dios no era loco.( 23 )


Refiriéndose al Colegio de niños que fundara en esta ciudad, donde hay siete Maestros y se enseña de balde a todos los vecinos de esta Ciudad y fuera de ella, tanto que suelen concurrir quinientos niños y  que fundó otro Colegio en la villa de Beas de Gramática. ( 27 )



Que yendo de la Universidad de esta Ciudad  a la Villa de Beas a una Misión el siervo de Dios DOCTOR BARRANA, que dicho tiene murió Mártir, llegó un hombre a decir que le confesase, y teniendo costumbre estos predicadores de preguntar primero cuántas eran las Personas Divinas, el dicho hombre se  enfadó de la pregunta y no quiso confesar, y volviéndose el dicho Doctor de la Misión a Baeza, le salieron al camino cuatro hombres y le dieron de palos, diciéndole: Irregular ¿no sabemos aquí cuántas son las Personas Divinas? Que son cuatro, y él dijo con mucha modestia que porque saliesen de aquel error estaban bien dados los palos, y les declaró el Misterio de la Santísima Trinidad con que quedaron confusos y arrepentidos. Y esto se publicó en las dichas Escuelas y así se enteró este testigo. ( 34 )


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