viernes, 24 de agosto de 2012

San Juan de Ávila y el “Cristo de la Yedra”





El historiador P. Francisco de Bilches, en el libro cuya portada adjunto , en el cap 57 recoge:
“Dos cosas de gran edificación se introdujeron en Baeza por autoridad del Padre maestro Ávila:
Una: LA DEVOCIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Otra: LA DEVOCIÓN  AL SANTO CRISTO DE LA YEDRA.

              
Se venera este milagroso crucifijo en una iglesia suntuosa que a media legüa de la ciudad levantó Baeza a sus expensas…El rostro del santo Cristo, está tan dolorido, que apenas hay quién le mire sin verter muchas lágrimas, quebranta su aspecto el corazón más duro, ni se deja ver de propósito el cuerpo todo acardenalado, los brazos y piernas como hinchadas y aún ulceradas. Parece más obra natural  que de arte. Toda la figura representa bien lo figurado y a juicio de los que tienen voto, es la más bien acabada de las que se conocen en el orbe cristiano

A esta devotísima imagen  tenía recurso el Venerable Padre Ávila, haciendo su estación a pie y las más de las veces solo por estar desocupado  para meditar los misterios de la Cruz y Pasión de  nuestro Redentor. Se regalaba  grandemente  cuando decía Misa en el Altar del santo Cristo y Dios le pagó y aún alentó a esta devoción apareciéndose una vez.

Fue así, que haciendo un Viernes esta su estación se fatigó mucho en el camino, se paró a deliberar si podría proseguir y decir Misa, cuando de improviso se halló asistido de Cristo nuestro bien en habito de peregrino, el cual le preguntó, dónde iba? A decir Misa, respondió el Padre Ávila, mas me hayo tan cansado, que dudo si podré llegar a una iglesia que no está lejos de aquí. Le animó el peregrino con el premio de la buena obra  y aseverando el Padre  ser imposible decir aquel día Misa por la mucha fatiga en que se hallaba; descubrió su pecho el peregrino y en el una llaga y otras dos en las manos  y añadió estas palabras. Y cuando amí me pusieron de esta suerte , estaría fatigado?

Se admiró el venerable Padre, más no se turbó con la presencia delSoberano peregrino y quedó tan alentado, que pudo con facilidad proseguir el camino, decir Misa con el espacio y devoción que se ha de hacer y dar vuelta a Baeza.

Desde este días fue tanto el afecto que cobró al santo Crucifijo y su Iglesia de la Yedra, que frecuentó su devoción más a menudo y tomó cuidado de ella , con licencia del Prelado y lo vinculó en sus discípulos Rector y Claustro de la Universidad (que por ellos ha corrido la provisión de este Priorato) advirtiéndoles del favor  que nuestro Señor le había hecho, para que ellos continuasen y exhortasen a la estación santa
 

Y verdaderamente el venerable Padre consiguió su pretensión porque es hoy la Iglesia de la Yedra uno de los Santuarios célebres de España, frecuentado de toda la comarca…