Como ya lo hiciera al hablar del Monasterio del Tardón,
el poder atractivo y arrebatador del
Maestro Ávila se vio pronto rodeado en cierto modo numeroso de clérigos y
laicos que vieron en él el perfecto director espiritual, sugiriendo a cada uno
de sus discípulos el camino que podían seguir en orden a alcanzar la santidad
de vida.
sábado, 14 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
IGLESIA de “LAS ESCUELAS” y ANTIGUA UNIVERSIDAD “SANTÍSIMA TRINIDAD”
A principios de la década de 1560 existe ya una Real
Provisión que autoriza la construcción de un edificio universitario en el lugar
de San León, lugar extramuros junto a la ermita y puerta de ese nombre (hoy
erróneamente llamada del Barbudo), el Pósito y la Alhóndiga. Una década después
Alonso de Carvajal dona a la universidad un solar en dicho lugar de San León,
lindante con los adarves y el Pósito. La importantísima herencia del Arcediano
de Campos RODRIGO PÉREZ DE MOLINA, sobrino del fundador RODRIGO LÓPEZ permitió
el aumento de dotación de las cátedras y el impulso a las obras del nuevo
edificio. En el año 1565 PEDRO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA sobrino del arcediano de
Campos, que ya venía formando parte del claustro, será el promotor de este
nuevo edificio que iniciando el curso académico oficial el 18 de octubre de
1595, tendrá lugar el suntuoso acto de inauguración.
LA CONCEPCIÓN, SAN JUAN DE ÁVILA y los CARMELITAS DESCALZOS. Partes III
LOS CARMELITAS DESCALZOS
Hemos de retroceder en el tiempo para ver el nexo existente
entre LOS CARMELITAS DESCALZOS y SAN JUAN DE ÁVILA.
(Aparte de lo que conocemos por la llamada “ESCUELA SACERDOTAL DEL MAESTRO ÁVILA”,
su labor de dirección y discernimiento (dones
para los que estaba singularmente dotado) se concentra en sugerir a cada uno de
sus discípulos el camino que pueden seguir en orden a alcanzar la santidad de
vida. Uno de estos caminos fue el de la vida eremita, y en este aspecto tuvo una singular importancia el
Monasterio del Tardón.
Sintetizando
diré que en el desierto DEL TARDÓN
vivieron ocho años el Padre Mariano de
San Benito, (que con Santa Teresa vendría a ser una gran columna de la orden
carmelita descalza) y Fray Juan de la Miseria, raro ejemplo de santidad (será
quién pinte a Santa Teresa). De este desierto hará mención Santa Teresa en el
capítulo 16 del Libro de las Fundaciones. Al hablar del Padre Mariano que le
relata la vida ermitaña que llevaban, dirá la santa “ PARECIOME EL RETRATO DE
NUESTROS SANTOS PADRES”.
La estancia de dichos Padres en el TARDÓN se debe a que el
Padre Mateo fue el primer ermitaño en instalarse en este lugar, uniéndose a él
el Padre Diego Vidal de la orden de San Basílio, con el visto bueno del Maestro
Ávila. Dicho Padre le persuadió para que recibiesen más ermitaños llegando a la
conclusión que habían de consultarlo con
el Maestro Ávila que si él dijera que los recibieran, lo harían.
Comenzóse a poblar de hombres santísimos, llegando a cuarenta en poco tiempo. Entre éstos estaban el Padre Mariano de San Benito y
Fray Juan de la Miseria que juntos con otros pasaron a engrosar las filas del
Carmelo Reformado.
SANTA TERESA de
JESÚS
Aparte de recibir a Francisco Hernández cuando estuvo
fundando en la villa de BEAS, antes lo hizo en Malagón el rector de la
Universidad Dr. Bernardino de Carleval comprobando personalmente lo que de ella
se decía y más tarde, antes de emprender camino para Barcelona, en Toledo, lo hizo el Dr. Pérez de Valdívia,
quedando la santa hondamente impresionada al descubrir en él el hombre de Dios
que era.
Muy poco tiempo, antes de la muerte de San Juan de Ávila,
tuvo Santa Teresa de Jesús ocasión que el Padre Maestro la confortará y
devolviera la paz a su espíritu. Ella nunca se sentía segura del todo, por
grandes que fuesen las misericordias de Dios y las mayores letras de España,
los hombres más espirituales le certificasen de su buen camino; más porque no
quedase medio por intentar de su parte, resolvió dar de sí cuenta a la Iglesia
y someterse en todo a su juicio.
Fue D. Francisco de Salazar, Inquisidor Apostólico y luego
Obispo de Salamanca, quién para más seguridad le aconsejó pusiese por escrito
todo lo que sentía y había pasado por su
interior, con toda llaneza y verdad y lo enviase al Padre Maestro Ávila que la
entendería mejor y que con la respuesta que él le diese se sintiera segura y
que no había de temer.
La carta llegó al destinatario, después de muchas
peripecias, con tiempo suficiente para que el Maestro Ávila le respondiera.
Todos los que han escrito de la Santa han hecho gran estima de la aprobación
dada por el Padre Maestro.
El santo obispo de Tarazona Fray Diego de Yepes, Jerónimo,
confesor de Felipe II y de la Santa.
Fray Jerónimo Gracián, Prior del convento de Úbeda: “con esta carta se tranquilizó la Santa,
cosa que antes no había podido”.
El P. Francisco de Ribera S.I., hablando de esta carta dice
“tanto fruto hizo siempre con sus
palabras y con sus escritos”
LA CONCEPCIÓN, SAN JUAN DE ÁVILA y los CARMELITAS DESCALZOS. Parte II
En la actualidad, esta Iglesia está regentada por los PP Carmelitas Descalzos que en 1954
se hicieron cargo de ella. La primera vez que hicieron acto de presencia en la
Ciudad de Baeza fue en el año 1579, cuando SAN JUAN DE LA CRUZ, (a instancias
de la Madre Ana de Jesús, priora del convento que SANTA TERESA DE JESÚS en el
año 1575 fundó en la villa de BEAS ) con un reducido número de religiosos se
establecieron en la Ciudad, para poder
formarse en la Universidad ya
consolidada. Llevando 30 años funcionando.
Será el P. Gracián de
la Madre de Dios el que escribe.”Hay
un Colegio que allí fundó el padre
Maestro Ávila de clérigos muy santos, que salían a predicar y confesar por
aquellos pueblos con vida apostólica y leían enseñando a los estudiantes
seglares con la ciencia, la oración y la mortificación como si fueran
religiosos. Hay en esta ciudad gran espíritu, así en hombres como mujeres…)y
FRANCISCO DE CUADROS al declarar en el
proceso dirá, que los carmelitas al llegar a esta ciudad entendieron que “para
que la ciudad de Baeza fuese un convento(…) no le faltaba otra cosa sino que se cerrasen las puertas de la ciudad
de noche, como se cierran las de los conventos”.
En los profesores de la Universidad: los Doctores Bernardino
de Carleval y Pérez de Valdivia entre otros encontraron gran afinidad ya que la
espiritualidad que les movía tenía muchos puntos en común. Baste recordar la
fundación de LA PEÑUELA (La Carolina) y
la DEL TARDÓN (en Hornachuelos Córdoba) que al pedirle el Papa a los
ermitaños que vivieran en comunidad, se
acogieron a las reglas de San Basilio, viniendo a ser la advocación que tomó el
convento erigido en Baeza.
El historiador Ximenez Patón nos dirá : En la parte que
dicen Calancha un colegio de aventajada fábrica de religiosos descalzos de
nuestra Señora del Carmen, que suelen ir a las Escuelas donde leen Artes y Teología y si la necesidad
obliga Teología o Artes.
Era en tiempos del obispo DEZA cuando se fundó el convento
de Descalzos, del que no quedan restos. Aunque Galera Andreu comenta que el
núcleo fundamental de las obras estuvo listo en el año 1621. En este lugar se
levantó la Escuela de Artes que perduraría hasta mediados del siglo pasado,
erigiéndose en el mismo sitio el nuevo edificio de las dichas escuelas,
teniendo acceso por la Travesía del Carmen.
Solamente, a ras del suelo en el patio que queda en el
margen derecho de la entrada al edificio nos encontramos un monumento a SAN
JUAN DE LA CRUZ, evocando el convento de San Basilio e Iglesia del Carmen que
él fundara en este lugar.
lunes, 9 de diciembre de 2013
LA CONCEPCIÓN, SAN JUAN DE ÁVILA y los CARMELITAS DESCALZOS. Parte I
Extramuros de la ciudad
hay un hospital de mucha caridad y devoción, bajo la advocación de la
limpísima Concepción de la Virgen Santísima María, donde se curan enfermos de
calenturas y heridas, con mucha caridad, aseo y cuidado, con la renta que
tiene y limosnas de la Ciudad, que se le
hacen grandes. En el archivo municipal, año 1529, se encuentran las Ordenanzas
de la Cofradía y Hospital de la Purísima que se conocía de tiempos
inmemoriales, erigido según parece después de reconquistada la Ciudad.
Los estatutos dados por el Maestro Ávila a la naciente
Universidad (en paradero desconocido) debían recoger su pensamiento: en cada
enfermo está Cristo esperando, tanto para santificarle, como para estimular a
otros hermanos a la caridad. La acción apostólica deberá, pues, derivar a ese campo de caridad,
que es prioritario y se concretará en los hospitales. El servicio a los
enfermos ocupará un lugar muy importante en las actividades que los profesores
y alumnos de estas Escuelas han de llevar a cabo los sábados. No es de extrañar que FRANCISCO HERNÁNDEZ, de quién
hablaremos más ampliamente participara en estos menesteres caritativos con los
enfermos.
En este Hospital gastó lo más de su vida y murió en él una
gran sierva de Dios, hermana del santo Doctor Diego Pérez, sirviendo y curando
a los enfermos con mucha misericordia: de cuya bondad, virtud y humildad santa,
si hubiera de escribir, pudiera hacer particular, grande y devota historia,
como la de su hermano.
FRANCISCO
HERNÁNDEZ
Se crió desde niño en casa del Padre Maestro Ávila, al lado
de los Doctores Carleval y Valdivia; quizá aprendió a leer y escribir en dichas
Escuelas. Tuvo por oficio enseñar la doctrina cristiana a los niños de Baeza y
esto le bastó para predicar mucho tiempo y con gran fruto. Salió de las
Escuelas, tan fervoroso y devoto del santísimo Sacramento que el día del CORPUS
parecía salirse de juicio: Solía ir disfrazado como un Rey David delante del
Arca de la Alianza, en compañía de todos los muchachos que iban cantando
alabanzas a Dios.
FRANCISCO de CUADROS ALFEREZ, Prior de San Andrés, nacido en
1575, refiere haberlo conocido, por ser su Maestro en el Colegio de Niños donde
él se enseñó a leer y escribir. Recuerda verle con hábito de clérigo sin serlo
y oírle predicar en las plazas de la Ciudad y de oír con admiración a muchos
decir: ¿cómo este hombre predica, pues no ha estudiado?
PEDRO DE LOMAS clérigo, presbítero y feligrés de San Pablo,
dice haber sabido por los Padres Carmelitas Descalzos que el Colegio de Niños
ha tenido Rectores de gran espíritu y veneración y uno de ellos fue FRANCISCO
HERNÁNDEZ que por muchos años gobernó este Colegio con gran santidad y sin ser
hombre de letras hacía pláticas a los
Niños y en la plaza de esta Ciudad.
Bernardino de Carleval, lo puso más por su celo que por sus
letras al frente del Colegio de los niños erigido en Úbeda. Por aquel entonces
1575, según parece, visitó en la villa de Beas a Santa Teresa, quedando ésta un
tanto sorprendida. La Inquisición puso los ojos en él, teniéndolo en prisión
hasta 1577 que lo sentenciaron. Quedó tocado de pasar por esta prueba y desde
entonces comenzó a pensar en darle un giro a su vida. Se fue encariñando con la
espiritualidad carmelitana, cambió el hábito de clérigo por el pardo
carmelitano, vistiéndoselo el Padre Gracián de la Madre de Dios, que terminaba
de fundar convento en Úbeda, tomando por nombre FRAY FRANCISCO DE JESÚS, EL
INDIGNO. )
Volviendo a lo que fuere el Hospital de la Concepción que el
Maestro Ávila frecuentara para atender y cuidar de los pobres y enfermos; tanto
el Hospital como la Capilla anexa fueron sufriendo transformaciones.
El obispo Moscoso, preocupado por el desarrollo del Concilio
de Trento, le lleva entre otras cosas, a preocuparse de las fundaciones
benéficas destinadas a los más necesitados. Así, levantó en lo que fuera la
antigua Iglesia de la Concepción, que existía contigua a la de San Francisco,
otra de mayor dimensión que data de 1625, remodelando todo el complejo hospitalario,
aportando de su propio peculio gran parte del dinero necesario.
La fachada que da al SO es interesante. Emula a la contigua
del convento de San Francisco. Interesa resaltar el tema mariano que anima y domina la
portada. Un cuadro en relieve de la Purísima Concepción rodeada de los símbolos
que la enaltecen, junto con los escudos laterales de la Ciudad y del obispo
Moscoso.
sábado, 7 de diciembre de 2013
FIESTA EN LA UNIVERSIDAD DE BAEZA A LA INMACULADA
Estamos ante una obra que forma parte de la literatura
mariológica sobre la Inmaculada Concepción, tema de enorme predicamento en el
Siglo de Oro, particularmente en el marco de las festividades religiosas del
reinado de Felipe III (1598 – 1621), principal promotor del culto
concepcionista.
El culto concepcionista fue especialmente destacado en
Andalucía y, sobretodo en Baeza, cuya Universidad se convirtió desde su
fundación en una de las principales promotoras de la proclamación de este
misterio como dogma de la Iglesia Católica.
Como es sabido, desde finales de 1617 esta Universidad, al
igual que otras muchas, exigía a sus alumnos un voto o juramento de defensa de
este misterio, requisito previo a la colación de sus grados académicos. Y fue
precisamente con ocasión de la fiesta de Baeza a la que da nombre el libro,
cuando se acordó redactar el juramento o Estatuto inmaculista en dicha
Universidad, promulgado solemnemente el 14 de enero de 1618 en el Claustro de
profesores de las Escuelas y Universidad
de la Santísima Trinidad de Baeza.
(Dicho Juramento figura en el folio 48 de la presente obra.)
El redactor y compilador del libro fue Antonio Calderón,
catedrático de Artes en la Universidad y uno de los siete jueces de la justa
poética celebrada en diciembre de 1617.
Antes de la relación propiamente dicha de la Fiesta, hay una
dedicatoria de Calderón a su Ciudad de gran interés histórico y literario. Su
intención es el de elogiar su Ciudad y su Universidad por ser paladín del culto
concepcionista. Nos dice:” Honra es de las
Escuelas de Baeza que se sepa lo que ha hecho en honra de la Concepción
purísima de María, y mía lo será no pequeña de camino de paso honrar mi patria,
diciendo algunas de sus excelencias.”
Presenta a continuación una serie de documentos muy
variados, que sirven para conocer los acontecimientos que propiciaron la
celebración de la Fiesta. Tras estos preliminares Calderón nos presenta los
textos relativos al certamen poético, sobresaliendo entre éstos el poema latino
del propio Calderón que contiene “los más grandes fundamentos que hay a favor del misterio de la
Concepción” reflejando el marcado carácter doctrinal que la Universidad de Baeza supo imprimir en
la celebración de la fiesta en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen.
(Tomado del
artículo de Manchón Gómez aparecido en Catálogo
JUAN DE ÁVILA El Maestro y su tiempo.)
ALEGORÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
El libro que escribió Antonio Calderón sobre la Inmaculada
Concepción, va acompañado de esta estampa realizada por el grabador flamenco
Herman Panneels. Esta estampa, como podemos apreciar, desarrolla una
composición tripartita de tres calles y tres cuerpos de gran barroquismo.
En la calle central, una columna cuyo cimiento es el escudo
de España durante el reinado de Felipe IV, actúa como punto de referencia para
la apocalíptica imagen de la Inmaculada Concepción. María es representada como una niña, en una gloria esplendente,
vestida de sol, coronada de doce estrellas y con larga cabellera sobre sus
hombros. A sus pies aparece la luna con las puntas hacia arriba y el dragón
vencido por la Nueva Eva.
Este singular triunfo de la Inmaculada, que se conforma en
la calle central, se completa en las laterales por una serie de ángeles que
proclaman con trompetas las glorias y fama de María y sostienen cartelas en las
que se recogen textos del Antiguo Testamento que prefiguran a la Inmaculada
Concepción. Todo ello en un paisaje celeste
que se despliega sobre una doble
representación: la de una ciudad y los campos con los que se enmarcan los
fundamentos de la columna mariana.
ANTONIO CALDERÓN, BAEZANO INMACULISTA
El baezano Antonio
Calderón nació a finales del siglo XVI y estudió Artes, Filosofía y Teología en
la Universidad de Baeza, donde después enseñó Filosofía. En 1621 fue becario
del Colegio de Cuenca, donde tuvo gran reputación, enseñando en las cátedras de
artes, escritura y Santo Tomás. Fue promovido lectoral de Salamanca, en 1638 le
confirieron una canonjía en Toledo y poco después fue nombrado maestro de la
Infanta María Teresa (posteriormente reina de Francia) y capellán mayor del
real convento de la Encarnación. Renunció al obispado de la Paz en Perú. En
1653 fue presentado para el arzobispado de Granada, pero murió antes de que
llegasen las bulas.
El fervor inmaculista
que el Santo maestro Juan de Ávila imprimió a la Universidad de Baeza
aumentó la devoción a la limpia concepción de la Virgen que a Calderón le
inculcaron sus padres desde sus primeros años.
Como él mismo reconoce a lo largo del capítulo 1º del libro
que escribió sobre la Inmaculada “cuando
su madre estaba a punto de darle a luz, a la puesta del sol, iba a la iglesia
de la Concepción a rezar, porque había oído decir que las parturientas que
invocasen a la Inmaculada Concepción, la Santísima Virgen les prestaría ayuda
en el momento del parto. Narra así mismo
que en su barrio se encontraba el
colegio de los jesuitas, donde su madre confesaba y comulgaba, y como estando
en ese templo, sintió los dolores del parto. Allí se encomendó a la Inmaculada
y al poco tiempo, trasladada a la casa, le dio a luz. Con una visión
providencialista, Calderón recuerda que
nació un 8 de octubre, memoria litúrgica de Santa Brígida, que en sus
“Revelaciones” habla también de la Inmaculada Concepción.
Cuando en 1618 la Universidad de Baeza hizo el juramento de
defender este misterio mariano, él, entre los maestros y doctores juró defender
esta verdad de fe, siendo él el encargado de recoger en un libro las fiestas
que con motivo de este juramento se celebraron entonces. Cuando en 1620 alcanzó
el grado de licenciado repitió el juramento por segunda vez y por tercera al
ser investido como doctor en teología el mismo año. Cuando en 1624 alcanzó el
grado de bachiller en la universidad de Salamanca volvió a repetir el juramento
e igualmente en la universidad de Toledo en 1629.
Desde su puesto en la corte de Madrid, se distinguió como
uno de los más eficaces organizadores y coordinadores de las sucesivas campañas
de la Monarquía, destinada a obtener de Roma la definición dogmática de la
Inmaculada, que no se haría realidad hasta el 1854.
( tomado de
un artículo del Dr. Martinez Rojas publicado en el catálogo JUAN DE ÁVILA
El Maestro y su tiempo)
lunes, 2 de diciembre de 2013
TRATADO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN (1582)
Diego Pérez de Valdivia,discípulo predilecto de San Juan de
Ávila escribió el primer tratado teológico sistemático en castellano sobre la
Inmaculada.
Este tratado de la singular y purísima concepción de la
Madre de Dios, se lo dedicó a la muy ilustre señora Dª Jerónima de Rocabertín,
priora del monasterio de N.S. de los Ángeles de Barcelona con estas palabras:
Muchos días ha que me
mandó vuestra merced que le escribiese un breve tratado de la Concepción de
Nuestra Señora, porque deseaba entender bien esta verdad y las razones de ella
y tenerlo escrito… Ciertamente es dificultoso y lo entienden pocos, con aquella
rectitud que se ha de entender. Oso decir que, en cierta manera, así como esta
fiesta es tan universal y tiene tantos devotos, así tiene pocos que la
entiendan bien entendida y la sientan bien sentida, y la solemnicen con aquella
reverencia y veneración que a tan grande y alta fiesta se debe…
será este mi trabajuelo provechoso para algunos corazones devotos de
esta fiesta y no tan instruidos en la declaración de ella…
Una cosa le osaré afirmar: …por lo menos encontrará en éste
tratado doctrina católica y sólida de
edificación…Gracias a Dios que me ha dado
doctrina clara, llana y sencilla y que enseña a servir a nuestro Señor
con mortificación y caridad, conforme a los ejemplos, vida y doctrina de los
que muy ciertamente sabemos que fueron y van al cielo.
Después lo dedica AL CRISTIANO LECTOR tratando de exponer
las razones que le han movido al no tener noticia de libro publicado en lengua
vulgar que trate este asunto. …habiendo
muchas veces predicado de esta fiesta, habiendo experimentado por una parte,
que algunos se han aprovechado de la doctrina que oyeron y, de otra parte ,
poquitos son los que entienden este
punto de la Concepción, y cuán pocos dignamente la celebran, y que todo es
hablar y hacer cosas exteriores, ni tener espíritu y ni disposición conveniente
a la celebración de esta fiesta, me determine a ofrecer mi trabajo para
convidar a los muy devotos y doctos, a que enfadados por este atrevimiento mío,
se esfuercen en escribir de esta materia, fecunda y eruditamente.
…solamente pretendo declarar qué quiere decir LIMPIA CONCEPCIÓN, y qué razones y causas
hay para que los devotos de esta fiesta
se gocen y consuelen viendo cuán justamente y con cuánta razón, son devotos de esta
fiesta…Juntamente con esto pretendo
responder a algunos curiosos…y concluyo rogando
a todos los devotos de esta santa fiesta quela honren y reverencien
con toda limpieza de conciencia y con toda reverencia, interior y exterior,
para que corresponda la veneración al venerado.
En tercer lugar hace una INTRODUCCIÓN de la que entresaco:
En este centenario de años en que estamos, que corre de quinientos a
seiscientos… ha habido grandes reformas… no niego que haya habido también
males…pero entre los bienes quiero resaltar dos: Uno es la frecuencia de
sacramentos juntamente con la veneración del Santísimo Sacramento y el otro, la
devoción tan grande a la Concepción de Nuestra Señora, que en este centenario
ha crecido y aumentado de una manera muy notable.
De estas dos cosas pienso tratar: la una, qué es la
Concepción, porque fue principio y disposición del santo Sacramento,
preparándose la que había de ser y fue
Madre del Santísimo Sacramento, quiero decir: del hijo de Dios y hombre
que en el Santísimo Sacramento verdaderamente está. Y también porque la
doctrina de la Concepción es disposición
para más limpiamente recibir el Santísimo Sacramento.
Guardaré este orden: primero haré unas preguntas para abrir
la puerta y entrar con más claridad. Segundo declararé ¿Qué es Concepción
Inmaculada de Nuestra Señora? Y las razones que lo persuaden. Tercero,
responderé a las preguntas, epilogando con la utilidad que de ésta
consideración se ha de sacar.
LA EVOLUCIÓN DEL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
No siempre se ha celebrado y
ha tenido el rango de solemnidad la Fiesta de la Inmaculada Concepción.
Cabe recordar que dicha fiesta tuvo su origen
en los monasterios de Palestina hacia el siglo VII. Los monjes de
oriente la incluyeron en sus liturgias; desde el siglo IX se celebraba el 9 de
diciembre; En algunos lugares de la Iglesia de occidente, también por influjo
de los monasterios, empezó celebrándose, desde el siglo XII, el 8 de diciembre.
Después que se superaran las principales polémicas
inmaculistas, porque los teólogos no llegaban a ponerse de acuerdo y por tanto
la Iglesia católica no quiso definir ni determinar que el pueblo cristiano
estuviese obligado a creer como cosa de fe, la limpia Concepción de Nuestra
Señora, sin embargo el hospital más grande que disponía la Ciudad de Baeza
estaba bajo la advocación de la limpísima Concepción de la Virgen Santísima
María.
Los Sumos Pontifices favorecieron
la creencia en la Inmaculada Concepción: SIXTO IV
adoptó la fiesta en 1476 para toda la Iglesia Latina. Las más
prestigiosas Universidades desde 1479 (Leipzig) defendieron sin fisuras, e
incluso con exigencia de juramento para sus profesores el misterio de la
Inmaculada Concepción: Así París (Sorbona 1496), Colonia (1499) y Valencia (1530); Le siguieron a partir de 1617 las Universidades de
GRANADA, ALCALÁ, BAEZA (a la que dedicaremos un articulo aparte), SANTIAGO,
ZARAGOZA, SALAMANCA, COIMBRA, MEXICO Y LIMA
entre otras.
S. JUAN DE ÁVILA, según la teología
de la época, va a influir poderosamente. Él afirma continuamente la fe sobre la
Inmaculada: “No nace en noche de pecado,
ni fue concebida en él” (sermón 61, 14). Su discípulo predilecto, DIEGO
PÉREZ DE VALDIVIA escribirá el primer
tratado teológico en castellano sobre la Inmaculada. ( a dicho tratado le
dedicaremos otro artículo )
En 1593 la Congregación General
de los Jesuitas emitió un edicto, haciendo oficial la doctrina inmaculista. Años
más tarde en 1617 PAULO V decretó que no debía enseñarse publicamente
que María fue concebida en pecado original. Muchas órdenes religiosas apoyaban
esta doctrina: Los franciscanos eligieron en 1645 como patrona a la Madre
Inmaculada. El Papa ALEJANDRO VII declaró en 1661 como objeto de fe (verdad
revelada por Dios) que María no fue tocada por el pecado original en el primer
momento de la creación de su alma y su infusión en el cuerpo.
Será en el año 1854 cuando el
Papa PIO
IX defina solemnemente el dogma
de la INMACULADA CONCEPCIÓN: “La Virgen
María, en el primer instante de su concepción, por singular privilegio y
gracia concedidos por Dios, en vista de
los méritos de Jesucristo, Salvador del linaje
humano, fue preservada de toda mancha de pecado original”.
Esto es, a grandes rasgos, lo que
se conoce en la Iglesia Católica como “evolución del dogma”. Una verdad de fe
contenida en el depósito de la Revelación (Sagrada Escritura y Tradición de la
Iglesia), que necesita del tiempo para darle forma y sea entendida
perfectamente.
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