Queridos hermanos:
El Papa Benedicto XVI proclamará próximamente a San Juan de
Ávila Doctor de la Iglesia Universal. Así lo anunció en la memorable Jornada
Mundial de la Juventud, celebrada en Madrid, donde nos invitó a “volver la
mirada” hacia el Santo y a perseverar en la misma fe de la que él fue Maestro.
Pero, ¿quién es San Juan de Ávila?, ¿cuál es la actualidad
de su vida y de su mensaje?, ¿qué significa que vaya a ser proclamado Doctor de
la Iglesia?
Rasgos biográficos
Messor eram (Fui segador). El epitafio que aparece en su
sepulcro refleja a la perfección quién fue San Juan de Ávila: un predicador que
siempre ponía en el centro de su mensaje a Cristo Crucificado y que buscaba con
sus palabras, sencillas y profundas, tocar el corazón y mover a la conversión
de quien le estaba escuchando.
Juan de Ávila nació en 1499 ó 1500 en Almodóvar del Campo
(Ciudad Real), donde creció y se formó en un ambiente cristiano. Estudió Leyes
en la Universidad de Salamanca y Artes y Teología en la de Alcalá. Fue ordenado
sacerdote en 1526. Celebró su primera
misa solemne en su pueblo natal y lo festejó invitando a los pobres a su mesa y
repartiendo entre ellos su cuantiosa herencia.
Cuando estaba a punto de embarcar para irse a América, el
Arzobispo de Sevilla cambió sus planes. Éste quedó encantando con su actividad
evangelizadora y le pidió que se quedase a ejercer el ministerio en España.
Juan de Ávila recorrió pueblos y ciudades de Andalucía, La Mancha y
Extremadura. Residió en Granada, donde ya figura con el título de Maestro; y
permaneció durante los últimos quince años de su vida en Córdoba, diócesis de
la que fue presbítero. Murió en Montilla, el 10 de mayo de 1569. Allí se
veneran sus reliquias en el Santuario que lleva su nombre.
San Juan de Ávila fue un gran conocedor de la Sagrada
Escritura. Sobre él se decía que si, por desgracia, la Biblia se llegara a
perder, él solo la restituiría a la Iglesia, porque se la sabía de memoria. Y
fue también un gran escritor. Entre sus libros principales se encuentra el
tratado de vida espiritual Audi, filia, que comenzó a escribir cuando estuvo
recluido en la cárcel inquisitorial de Sevilla, debido a acusaciones infundadas
de las que salió completamente absuelto. Además, entre otras obras, escribió el
Tratado del amor de Dios, el Tratado sobre el Sacerdocio, la Doctrina Cristiana
(un Catecismo que podría ser recitado y cantado), dos importantes Memoriales
que tuvieron notoria influencia en el Concilio de Trento, las Advertencias al
Concilio de Toledo, numerosos Sermones, Pláticas espirituales y un espléndido
Epistolario.
Originalidad y actualidad de un Maestro
La originalidad del Maestro Ávila se halla en su constante
referencia a la Palabra de Dios; en su consistente y actualizado saber
teológico; en la seguridad de su enseñanza y en el cabal conocimiento de los
Padres, de los santos y de los grandes teólogos.
Gozó del particular carisma de sabiduría, fruto del Espíritu
Santo, y convencido de la llamada a la santidad de todos los fieles del pueblo
de Dios, promovió las distintas vocaciones en la Iglesia: laicales, a la vida
consagrada y al sacerdocio.
Desprendido, generoso y, sobre todo, enamorado de Dios,
vivió desposeído de los bienes materiales, pero con el corazón lleno de fe y de
entusiasmo evangelizador, dedicado por entero a la oración, al estudio, a la
predicación y a la formación de los pastores del pueblo de Dios. Para ello
fundó una quincena de colegios, precedentes de los actuales Seminarios, y la
universidad de Baeza (Jaén).
En sus discípulos dejó una profunda huella por su amor al
sacerdocio y su entrega total y desinteresada al servicio de la Iglesia.
Centrado en el que el llamaba “el beneficio de Cristo”, podemos calificarlo
como el Doctor del amor de Dios a los hombres en Cristo Jesús; el maestro y el
místico del beneficio de la redención. Estas son sus palabras: “Grande
misericordia y grande favor fue sacarnos de las miserias y del captiverio en
que estábamos, y sacarnos para hacernos no siervos, sino hijos”.
Fue Maestro y testigo de vida cristiana; contemporáneo de un
buen número de santos que encontraron en él amistad, consejo y acompañamiento
espiritual como, por ejemplo, San Ignacio de Loyola, San Juan de Dios, San
Francisco de Borja, San Juan de Ribera, San Juan de la Cruz, San Pedro de
Alcántara, Santo Tomás de Villanueva, o la misma Santa Teresa de Jesús.
Otro español, Doctor de la Iglesia
Un Doctor de la Iglesia es quien ha estudiado y contemplado
con singular clarividencia los misterios de la fe, es capaz de exponerlos a los
fieles de tal modo que les sirvan de guía en su formación y en su vida
espiritual, y ha vivido de forma coherente con su enseñanza.
Hasta el momento, los Doctores de la Iglesia son 33. Entre
ellos, se encuentran otros tres españoles: San Isidoro de Sevilla, San Juan de
la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
San Juan de Ávila fue declarado patrono del clero secular de
España en 1946 por Pío XII y canonizado en 1970 por Pablo VI.
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