Fue el LUNES SANTO a las 20 horas a las puertas de la Iglesia de
S. Juan evangelista (capilla de la antigua universidad) dónde el Clero de la
ciudad, con el Deán de la S.I.C.; el Excmo. Ayuntamiento; la agrupación
arciprestal de cofradías, la Junta de gobierno de la Hermandad penitencial del
Santísimo Cristo de la Misericordia, Mª Santísima Madre de Dios y San Juan de
Ávila, autoridades locales y fieles en general
participaban en la recepción de las sagradas reliquias del ya próximo
DOCTOR de la IGLESIA UNIVERSAL.
La profunda emoción contenida, presagiaba los pensamientos
que rondaban por nuestras mentes: “dichoso al que a su casa vuelve” para
recordar satisfactoriamente, tras el paso de los siglos, libre de toda atadura
mortal, lo que un día sembrara, contemplando hecho realidad las palabras del Señor: “si el grano de trigo
muere, da mucho fruto”.
Tras
venerar las sagradas reliquias entraron procesionalmente en el templo para
ocupar un sitio preferente que se había levantado para la ocasión, adornado con
velas y flores.
Depositadas
las sagradas reliquias, volvieron a ser incensadas. El Hermano mayor de la hermandad penitencial antes
citada, para ayudar a situarnos, hizo
una breve semblanza de la vida del Santo Maestro.- El Deán de la S.I.C. nos
dirigió unas sentidas y grandilocuentes
palabras,- El Sr. Alcalde le dio la bienvenida en nombre de la ciudad que tanto le debe.- Los fieles recitaron una
oración y como colofón, abriendo el precioso relicario besamos la sagrada
reliquia entre aplausos y vítores.
Había entrado de lleno la noche. Los cofrades, que
visten como túnica una sotana, en clara
alusión a San Juan de Ávila, se disponían a organizar el cortejo que estaba
previsto para las 22 horas.
En primer lugar, la cruz de guía y entre la doble fila
de penitentes, apareció llevada por cofrades y flanqueada por “hermanos monaguillos”
que portaban faroles encendidos, las sagradas reliquias. El clero dirigía el
“vía crucis”; el texto de las estaciones estaba entresacado de las obras del
Santo Maestro.
El itinerario de la procesión traía a nuestra mente el
camino que Él recorriera a pie, en aquel entonces, para participar en la
liturgia de la Catedral, en la parroquia de S.Juan Bautista o acudir a
catequizar en “el ejido” o desplazarse a la ciudad de Úbeda: dónde creara un
colegio y cuántas cosas más….
Ver rodeadas las sagradas reliquias de tantos niños: unos con incienso; otros con
faroles, era como recrearnos, viéndole enseñar el catecismo o inculcar la
devoción a la Misericordia del Señor, en las plazas de Santa Cruz, Santa Maria
o Santa Clara.
Así terminaba el LUNES SANTO baezano del año 2012, para dar
paso al MARTES SANTO, día que se encontraría con el presbiterio diocesano (su
sueño anhelado) que presidido por su Obispo celebrarían la SANTA MISA CRISMAL
en la S.I.C. de Baeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario